Santa Cruz de Tenerife, 11 ene (EFE).- El presidente de la Sociedad Española de Vacunología, Amós García Rojas, ve «bastante probable» que se cumpla el pronóstico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que en dos meses la mitad de los europeos se habrán contagiado de covid-19, «si no lo están ya», matiza.
García Rojas, que es también jefe de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, señala a Efe que «sin lugar a dudas» hay «muchísimos» casos positivos «no detectados por el sistema», no solo por los «cuellos de botella» del sistema de detección y rastreo.
Se refiere a que hay «muchos asintomáticos o cuadros leves» y también personas que «no quieren que se conozca» su contagio.
Pero más allá de esta cuestión, García Rojas advierte de la capacidad de difusión «brutal» de la variante ómicron, que «a todo el mundo nos cogió con la guardia bajada. Nadie esperaba una variante con una capacidad de difusión tan tremenda».
Valora que gracias a las vacunas y a que, probablemente, la cepa ómicron tiene una letalidad menor, la mortalidad o los casos graves no sean tan altos como en las olas anteriores, «pero cuidado: a más casos, más probabilidad de complicaciones. No es igual un 1% de 100 que de 10.000 pacientes», avisa.
Teme que la incidencia acumulada siga en aumento, lo que «seguramente» acarreará complicaciones en los hospitales.
«Ya algunos en Canarias están encendiendo la luz roja, por ejemplo el de La Candelaria», apunta.
Amós García Rojas recalca que la prioridad de acción se debe centrar en estos momentos en doblegar la curva de contagios, lo que podría suceder, según calcula, en la última semana de enero, una vez se constaten los efectos de las fiestas navideñas, y rebajar las cifras de incidencia acumulada.
Y para conseguirlo hay tres vías: la vacunación, «pero no se pueden poner todos los huevos en esa cesta», de ahí que haya que insistir en las medidas de protección clásicas y esperar que las autoridades «tomen las medidas oportunas» en función de la situación epidemiológica de cada momento.
García Rojas apoya actuar en los ámbitos susceptibles de que se produzcan más contagios, como «espacios cerrados mal ventilados, donde nos quitamos la mascarilla, donde haya muchedumbre, donde se grita, se vocifera…».
Preguntado por los Carnavales, que están a la vuelta de la esquina, responde: «A ver cómo llegamos a febrero. Todos creemos que el pico máximo de incidencia debería llegar a finales de enero, y a partir de ahí que desciendan los casos, a ver si rápido como en otros países, como Sudáfrica, Reino Unido o Dinamarca».
«Ahora lo prioritario es acabar con esta tendencia ascendente. El tiempo dirá lo que se ha de hacer. No profeticemos sobre otras fiestas populares», añade.
También opina que la situación actual «no es la adecuada» para planteamientos como la denominada «gripalización» del covid.
«Hay que saber marcar los tiempos y estos tiempos no son los adecuados para hablar de eso, con una incidencia acumulada brutal», opina.
García Rojas opta por ir «pasito a pasito» y abordar esta cuestión cuando acabe la sexta ola de la covid-19.
«Tenemos que tener clara la idea de que el virus ha venido para quedarse y de que tenemos que conseguir que sea uno más de los múltiples con los que convivimos».
Y para eso, abunda, «hay que ir poco a poco, no dar un salto al vacío, decidir que a partir de mañana todo el mundo se infecte, porque eso lleva al colapso y a demasiados muertos».
Amós García Rojas es consciente de que «gestionar una situación tan complicada lógicamente somete a un desgaste a cualquiera. A los primeros, a los sanitarios, que hemos pasado del aplauso al insulto en un tris», lamenta.
En cuanto a los responsables políticos, repara en que «tomar decisiones impopulares, pero necesarias, también desgasta. Pero lo que más desgasta es que no se consiga acabar de una vez con esta pandemia». EFE