El Cabildo de Gran Canaria trabaja para garantizar la soberanía y la seguridad hídrica de la Isla desde todos los frentes, mediante el desarrollo de obras y proyectos hidráulicos a lo largo de todo el territorio insular, en los que está proyectado invertir más de 100 millones de euros en la próxima década, así como a través de la adquisión de nuevo patrimonio hídrico y la formalización de convenios con heredades, comunidades de aguas y grandes usuarios.
El presidente del Cabildo, Antonio Morales, hizo un repaso hoy de la situación hídrica de la Isla e incidió en que, si bien es cierto que Gran Canaria avanza en un 80% hacia la desertización, la realidad es que, en estos momentos, la escasez de agua está controlada y se dispone de recursos para toda la temporada de riego de la agricultura, especialmente para las zonas más afectadas por la sequía, el sur y el suroeste.
«Y si no aumentan las lluvias y no pueden llenarse las presas, se ha diseñado una red que permite llevar agua regenerada desde Las Palmas de Gran Canaria hasta Fataga», sostuvo. «Además, contamos con que, a finales de 2023 o principios de 2024, Salto de Chira empezará a recibir agua de la desaladora de Arguineguín y podremos verla entrar en las presas, con lo que se pondrá fin a esta situación en toda la cuenca de Tejeda, Artenara, Tunte y Mogán».
En esta exposición, en la que lo secundaron el consejero de Sector Primario, Soberanía Alimentaria y Aguas, Miguel Hidalgo, y el técnico del Consejo Insular de Aguas, José Chirivella, el presidente Morales subrayó que se vive un período de gran escasez de lluvias desde hace una década, y esa situación repercute en la realidad hídrica insular, especialmente, en el volumen de agua almacenada en las presas, que van disminuyendo hasta desaparecer, en gran parte de ellas. Un panorama que, como describió, afecta de manera diferente a la costa y la cumbre, ya que, en zonas costeras, se recurre al agua industrial para cubrir las demandas, algo que no es posible en medianías y cumbres.
«Las zonas de medianías y cumbres deben autoabastecerse de agua procedente de su ámbito, tanto desde el punto de vista del sector primario como desde el punto de vista del abastecimiento a la población», reflexionó Antonio Morales, quien añadió que no es factible elevar agua industrial de forma generalizada a cotas muy altas, por su gran coste energético, «salvo por la excepción de Salto de Chira, que es un proyecto singular basado en un aprovechamiento del excedente de energías renovables y con un canon anual de 6 millones de euros que recibirá el Cabildo y que podrá dedicar a abaratar el coste del agua de riego», destacó.
Ante estas premisas, afirmó que es preciso incrementar la capacidad de producción de agua industrial, tanto regenerada como desalada, para aumentar la capacidad de introducirla en el sistema y reducir la tasa de trasvases de la Cumbre a la Costa. Y, para lograrlo, puso de relieve dos proyectos claves en las que ya trabaja el Cabildo; la ampliación de la planta desaladora de Arucas Moya, con una inversión de 20 millones, cuyo ámbito de influencia abarca casi todo el litoral norte; y las obras de incremento de la capacidad del terciario de Barranco Seco, con un coste de 15 millones, para disponer de más agua regenerada en todo el sistema insular.
A ellas se suman, además del proyecto de Salto de Chira, un amplio número de inversiones en medianías y cumbres que se están llevando a cabo. En detalle, se dedican 1,8 millones de euros en redes de riego en ejecución, junto a otros tres millones de euros en redes de riego en licitación y, a través del programa de ‘La Cumbre vive’, se destinan tres millones más a diversas actuaciones como las adquisiciones de la Finca Los Lavaderos y la Finca Vega de Las Cruces, ambas en Artenara y constituidas como Patrimonio Hidráulico.
Asimismo, se tramitan los proyectos de los sistemas de depuración natural en diferentes núcleos aislados de Tejeda, Artenara, Gáldar y Agaete, con una inversión de 700.000 euros; la adquisición de patrimonio hidráulico, con otros 1,1 millones; el sistema de distribución de aguas procedentes de Salto de Chira, con 15 millones más; y la ampliación de la Depuradora de Bocabarranco, con 10. «En definitiva, más de 70 millones de euros en marcha en obras para garantizar la seguridad hídrica de la Isla, sin contar la inversión de salto de Chira», apuntaló el presidente insular.
Convenios para una nueva gestión del agua
En este mismo ámbito, el Cabildo busca una gestión integrada de las cuencas y convenios con heredades, comunidades y grandes usuarios, al considerarlas las mejores herramientas para contrarrestar el efecto de lo que se ha venido a denominar los trasvases cumbre-costa.
Y es que, como remarcó Morales, existen recursos hídricos en las zonas de Medianías y Cumbres que están siendo desplazados a zonas costeras, en virtud de unos derechos perfectamente vigentes de las heredades y comunidades de regantes. Por ello, en paralelo al Salto de Chira como trasvase de la costa a la cumbre, el Cabildo trabaja en convenios de colaboración con diversas heredades, comunidades de aguas y entidades privadas, de tal manera de que se les proporcionará agua industrial producida en la costa a cambio de que no desciendan los recursos de la cumbre.
Así, el Cabildo contempla un convenio de intercambio con la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, que permitirá disponer de caudales de aguas subterráneas procedentes, en una primera fase, del pozo Fuente Fría, con un volumen anual estimado de 100.000 metros cúbicos, ampliable mediante la incorporación de caudales provenientes de otras fuentes de la Heredad.
Se formalizará, además, un convenio de gestión integrada de la cuenca del Guiniguada, con la Junta Permanente de Heredades de Las Palmas, Dragonal, Bucio y Briviesca, que materializa el objetivo del Consejo Insular de Aguas de favorecer el cese de los trasvases Cumbre-Costa, que se han mantenido en las Medianías y Cumbres del Guiniguada casi en 820.000 m3 de agua, desde el año 2020, para atender las necesidades del sector primario de ese ámbito.
Y, finalmente, el convenio de cesión de infraestructuras de captación y almacenamiento de aguas superficiales propiedad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que supondrá la cesión entre el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo de tres presas, la de Ariñez (San Mateo), Satautejo (Santa Brígida) y Cuevas Blancas (Valsequillo), así como el canal y el túnel de Tejeda, asociado a la presa de Ariñez.
Del mismo modo, el Cabildo procede a la adquisición de patrimonio hidraúlico, en forma de infraestructuras y/o títulos de participación en aprovechamientos, tanto superficiales como subterráneos, en las zonas de Medianías y Cumbres, tendente a obtener derechos preferentes de disposición de agua, y, por último, impulsa la creación de la Mesa del Agua, para avanzar en una nueva cultura basada en una gestión participativa.
Redes de distribución con alto grado de protección del entorno
José Chirivella, por su parte, puso el acento en la flexibilidad que debe tener este plan de actuaciones, para poder adaptarse a las épocas de lluvias o de sequía; en la necesaria ampliación de los medios de producción de agua industrial, así como en la relevancia de las redes de distribución, «porque no haremos nada si disponemos de más recursos y no podemos llevarlos de la fuente al consumo», para lo que se ha planteado un análisis en el que ha prevalecido el grado de protección medioambiental del entorno.
Hizo Hincapié en que es preciso llevar a cabo acciones transversales y citó la ya mencionada Mesa del Agua; la promoción de comunidades de regantes, como las ocho que ya se están estudiando en Tejeda y que serán el instrumento que permita una mejor gestión de esos recursos, así como la optimización del uso de las infraestructuras existentes.
En definitiva, «estamos ante un plan de potenciación del sector primario de las zonas de medianías y cumbres de Gran Canaria, que materializa el ánimo del Cabildo de garantizar la pervivencia y el futuro del sector primario en toda la Isla, que defiende el concepto de Kilómetro cero, en cuanto mantiene las explotaciones en donde deben estar, que encajan en el concepto de ecoisla y en los procedimientos de declaración de Patrimonio Mundial y Reserva de la Biosfera, que se basa en la historia de Gran Canaria y que pone en valor el esfuerzo de nuestro pueblo y permite dotar nuestro territorio de la mayor resiliencia posible frente a los retos que nos depara el futuro», concluyó.