15 jun 2022
La Reserva de la Biosfera de Gran Canaria trabaja en la actualización de su Plan de Acción hasta 2025, para profundizar con la mayor eficacia en sus funciones de apoyo a la conservación y desarrollo de las poblaciones locales, además de la investigación, la formación y la difusión de sus múltiples valores naturales y culturales.
Este documento se nutrirá de múltiples fuentes, para contribuir desde una visión panorámica al desarrollo sostenible en el territorio. De este modo, en su elaboración se otorgará un papel especialmente relevante a las aportaciones de la población local y los colectivos, además de los siete ayuntamientos del área y varias consejerías del Cabildo de Gran Canaria, dada la importancia del trabajo participativo, por la amplitud de campos que abarca la Reserva de la Biosfera.
Igualmente, enlazará con las líneas de trabajo emprendidas hasta la fecha, e incluirá las últimas directrices nacionales e internacionales, en especial el Plan de Acción de la Red Española de Reservas de la Biosfera, el Plan de Acción para la Red Mundial de Reservas de la Biosfera y la Estrategia del Programa MaB (Persona y Biosfera) hasta 2025. A esto se añadirá el análisis de más de treinta documentos, marcos y acuerdos de referencia. Son los mimbres para entretejer una estrategia adaptada a las particularidades de esta parte de la isla declarada Reserva de la Biosfera.
El encargo del Instituto Insular para la Gestión Integrada del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria recalca la importancia de incorporar la abundante documentación y las aportaciones obtenidas a través de diversos procesos participativos llevados a cabo desde la declaración del 29 de junio de 2005, además de recopilar nuevas sugerencias de asociaciones, cooperativas y otras entidades representativas y distribuidas equitativamente por el territorio.
Esta mirada se completará con las aportaciones de los ayuntamientos de Agaete, Artenara, Vega de San Mateo, Tejeda, San Bartolomé de Tirajana, Mogán y La Aldea de San Nicolás, a las que se añadirán las de varias consejerías del Cabildo.
Se trata, en concreto, de Áreas del Cabildo que poseen una especial relevancia en la labor transversal que demanda la Reserva de la Biosfera, como es el caso de Sector Primario y Soberanía Alimentaria; Turismo; Patrimonio Histórico; Medio Ambiente; Unidad de Participación Ciudadana; Política Social y Accesibilidad; Industria y Comercio; Política Territorial y Paisaje; o Empleo y Desarrollo Local, al margen del apoyo y validación de los Consejos Científico y Rector.
Asimismo, el plan de trabajo establece la revisión profunda de todo el material previamente elaborado a nivel local por la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria y el contraste del borrador con las entidades sociales y el Consejo de Participación Pública, actualmente en fase de renovación, antes de su elevación al Consejo Rector para su aprobación, prevista para el último trimestre del año.
Este Plan de Acción es parte de la reactivación de la Reserva de la Biosfera, con iniciativas como la mencionada renovación del Consejo de Participación Pública para revitalizar su papel y garantizar su equidad, además de medidas programadas o ya en marcha que abarcan subvenciones a ayuntamientos y colectivos para proyectos de conservación y divulgación del patrimonio natural y cultural, actividades de desarrollo y diversificación socioeconómica, las ‘Ecoescuelas de la Biosfera’, los ‘Cafés Científicos’ o los eventos del programa ‘Creando Comunidad Biosfera en Gran Canaria’, entre otras iniciativas.
El Plan, cuya redacción está subvencionada por el Gobierno de Canarias, analizará las implicaciones con los instrumentos de planificación, como los planes municipales o de gestión de los Espacios Naturales Protegidos, e incluirá un diagnóstico de la situación de la Reserva de la Biosfera, así como un análisis del Plan vigente, un resumen de resultados y un panel de retos, con la descripción de métodos y recursos para su consecución, y el establecimiento de mecanismos de seguimiento y evaluación de los objetivos que se tracen.
Un árbol con múltiples ramas
El Plan será un árbol con diversas ramificaciones. Contará, entre otros, con el ‘Programa de conservación y uso sostenible de la naturaleza y el paisaje’, que definirá medidas para mejorar los hábitats terrestre y marino y proteger la geodiversidad y el patrimonio cultural y arqueológico, mientras que el ‘Programa de uso eficiente de los recursos’ pondrá el foco en el agua, biodiversidad agrícola, residuos, energía o la mitigación y adaptación al cambio climático.
Por su parte, el ‘Programa de desarrollo local sostenible’ fomentará las economías verde y azul. El ‘Programa de gobernanza, redes y cooperación eficaz’ consolidará y establecerá nuevas redes hacia un modelo de gestión más participativo y colaborativo. El llamado ‘Programa de comunicación, formación, investigación y seguimiento’ prevé cursos, talleres y programas de capacitación.
De este modo, la Reserva de la Biosfera desbrozará todavía más el camino hacia la meta que marca el Programa MaB, es decir, fomentar soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con su uso sostenible, el desarrollo económico, la investigación y la educación, además de evaluar y aplicar enfoques interdisciplinares para comprender y gestionar los cambios e interacciones de los sistemas sociales y ecológicos.
El Plan diseminará nuevas semillas de sostenibilidad en el surco abierto hace ya casi 17 años por la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, que abarca tres municipios en su totalidad (Artenara, Tejeda y La Aldea de San Nicolás) y cuatro parcialmente (Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Agaete y Vega de San Mateo. La zona engloba a una población de más de 15.000 habitantes en casi 66.000 hectáreas terrestres, además de las más de 35.000 de la franja marina.
Este conjunto de ecosistemas, reflejo de los mil y un rostros de Gran Canaria, lleva grabada la huella de la antigua población canaria. Aquí perviven determinados usos y actividades ancestrales, desde la liña a mano en la mar a la extracción artesana de aceite de almendra amarga, viejos ejemplos de sostenibilidad, que inspiran, junto a innovadoras formas de usos basadas en ese saber de antaño, el venidero Plan de Acción, concebido para afianzar los pilares de un presente y un futuro donde sea posible el frágil equilibrio de la sostenibilidad.